No hay muchos rincones del Pirineo que puedan reunir, en tan pocos kilómetros cuadrados, una oferta tan concentrada y variada de deportes de montaña, cultura y gastronomía como puede hacerlo el Pallars Sobirà. Y la estación de esquí de Port Ainé es un buen ejemplo, en especial en primavera.
¿Os imagináis la posibilidad de equiar por la mañana, realizar un descenso por el rio y una visita cultural por la tarde, y despedir la jornada con una cena gastronómica?
Esto es lo que nos ofrece Port Ainé en primavera.
Esquiamos por la mañana en Port Ainé
La olla de Port Ainé, bajo el pico del Orri, siempre presidido por características antenas de telecomunicaciones, nos ofrece unas condiciones de nieve muy especiales cuando llega la primavera. Todo el área esquiable se halla encarada al norte y tiene forma de olla. La nieve se acumula a lo largo de la temporada y se conserva en las mejores condiciones incluso bien avanzado el mes de abril.
De hecho, Port Ainé, siempre ha estado una de las estaciones escogidas para muchos de los incondicionales del esquí de primavera. La práctica del esquí alpino, Telemark, el skimo, el snowboard o el freestyle está garantizada en las mejores condiciones pero, eso si, es aconsejable comenzar bien pronto y acabar la práctica hacia el mediodía o a primera hora de la tarde.
¿Qué hacer cuando ya hemos esquiado? ¡Deportes de aventura por la tarde!
Y tras esquiar, la actividad de tarde en la primavera tiene un nombre: Deportes de aventura.
Las altas temperaturas de la mañana propician que por la tarde los ríos y riachuelos bajen bien cargados de agua. Es el momento idóneo para disfrutar de actividades en el río, y su máximo exponente es el Noguera Pallaresa.
La actividad estelar es el ráfting. Consiste en bajar por el río en equipos de hasta 9 personas en una embarcación de goma inflable, una actividad que lleva desde 1986 realizándose, año en que se inauguraba la estación de esquí de Port Ainé.
Esta es solo una de las posibilidades que podemos hacer en las tardes de primavera al volver de esquiar, pero debemos tener en cuenta que también nos pueden seducir actividades como el descenso en piragua, el hidrospeed o el descenso de barrancos. Y fuera del río, también podemos disfrutar del tiro con arco, el puenting, la hípica, el parapente, los quads y otras menos populares pero no por ello menos divertidas.
Descúbre la cultura
Ya por la tarde, después del ráfting, que nos ocupará casi un par de horas, podremos aprovechar para realizar una visita cultural. En el Pallars cada pueblo tiene su historia y por lo tanto encontramos un extenso listado de patrimonio arqueológico y arquitectónico. Toda la comarca cuenta con 31 bienes culturales de interés nacional clasificados en 29 monumentos históricos y dos conjuntos históricos, de estilo y época románica hasta la medieval. No os perdáis la visita a Sant Pere de Brugal, un antiguo monasterio benedictino románico en el pueblo de Escaló, en la Guingueta d'Áneu.
También puede hacer una visita al Ecomuseo, en la Casa de Gassia, un auténtico viaje al pasado.
Productos locales en la gastronomía
Y para acabar un día tan intenso en actividad, ¿qué mejor que redondearlo con una cena que os permita recuperar fuerzas?. En el Pallars Sobirà la oferta gastronómica ha ganado mucha importancia en los últimos años. Descubrid en sus restaurantes los productos genuínamente locales, como los caracoles, la trucha, la butifarra traidora (una butifarra típica de las comarcas pirenaicas, elaborada con las partes del cerdo que no se emplean para los demás embutidos), el relleno de Carnaval (un embutido típico pirinaico de la época de Carnaval, relleno de carne, panceta, huevo, pasas, arroz, ajo y perejil), la girella o chireta (un embutido realizado con carne y tripas de cordero y arroz), el queso tupí (queso de leche de oveja, cabra o vaca original del Valle de Arán), mostillo de miel (resultado de coger un panal de miel, lavarlo, poner a hervir el agua resultante y añadir harina, anís y nueces, a fuego lento), el tupí de cerdo confitado (una especie de cocido) y las carnes de ternera y oveja autóctonas del Pallars.