La Noche del Papu es una auténtica fiesta del esquí y el aprés-ski. Al poco de las 5 de la tarde las quitanieve preparan las pistas Funicular, Coma y Las Cruces para volverlas a dejar a punto para ser esquiadas una hora después por los Papus. A las 6 de la tarde se abren pistas y remontadores y los Papus juegan y deslizan durante un par de horas.
Pues son unos simpáticos fantasmas grandes y pequeños y de todas las condiciones que, a pesar de que los gusta mucho la fiesta, la comida y el baile, el que los gusta especialmente es esquiar por la noche, con la ayuda de unos potentes focos que hay instalados en las pistas antes mencionadas.
Tenéis que saber que el papu es el nombre que recibe este fantasma propio y único de los valles del Pirineo, y que en el caso de la "especie” autóctona de la Vall de Ribes es el único del mundo capaz de esquiar y dejarse seducir por la buena comida, el buen beber y la fiesta. En esta noche de pleno de invierno salen de incógnito y por todas partes, de la oscuridad y la luz, y cuando menos uno se lo espera aparece un Papu a toda velocidad. A veces van vestidos de blanco, otras veces de negro (normalmente los más trapaceros y llamativos), y van aullando igual que lo hacen los lobos al grito de “Papuuuuuu”. Este aullido tanto se lo puede escuchar mientras se sube por el telesilla de Pal como cuando se desliza por las pistas entre bosque.
Al pie del telesilla de la Pala se instala un “xiringuito” con picapica, agua, cerveza, caldo caliente y sesión DJ en directo. El objetivo es que los Papus puedan reposar fuerzas y que estén contentos porque no paren ni de aullar ni de esquiar.
A las 7 del anochecer es la hora para la bajada de antorchas, uno de los momentos más fotogénicos de la Noche. Desde el punto más alto del telesilla La Pala empieza la bajada de los esquiadores con las antorchas ya encendidas. Los Papus van bajando armoniosament y en giros muy anchos por la pista del funicular hasta la base del Pal. Una bajada con esquíes mágica de vivir, o ver.
A las 8 del anochecer llega la hora de cena. La fiesta se traslada, ya sin esquíes calzados, hacia el Bar de *Finestrelles donde los Papus reposan fuerzas de verdad con una buena cena de ensalada, parrillada de carne, postres y bebida.
Y para acabar la fiesta de los Papus llega el momento de la copa de cava y los fuegos de artificio. Para acabar la fiesta? Ei, no! De esto nada, la fiesta de los Papus continúa todavía un par de horas más, esta vez dentro del bar Finestrelles, que acaba aconteciendo, y solo por una única noche durante el largo invierno del Valle de Nuria, en una verdadera sala de fiestas de alta montaña, con terraza nocturna incluida y todo de Papus bailando incansablemente haga frío, nieve, haga viento o haya noche serena y plácida.
Así es la Noche del papu a Vall de Nuria, un acontecimiento muy auténtico y muy recomendable de conocer y vivir en primera persona para todo el mundo que no conozca esta noche única y especial.
En resumen, es la propuesta de esquí y aprés-ski de todo el Pirineo más divertida y que ningún esquiador se tendría que dejar perder como mínimo un golpe a la vida.
Por cierto, es muy posible que una vez hayáis conocido esta noche y ya vayáis a dormir, de madrugada os despertéis repentinamente porque los Papus se habrán metido dentro de vuestro sueño más profundo y, muy seductoramente y desde la lejanía, os reclamen de nuevo al aullido de “papuuuuuuuu”...
¿Os animáis?
Por la noche del Papu puede participar todo el mundo previa inscripción a las oficinas del Hotel del Valle de Nuria. Recomendable hacerlo con antelación. Los menores de 18 años tienen que hacerlo con permiso de los tutores legales o bien acompañados por ellos.
Normalmente se hace el penúltimo sábado de enero si las condiciones meteorológicas son las adecuadas. Se acaba con la salida del último tren cremallera, de horario especial, a las 12 de la noche.