Dentro del mismo estilo hay varias modalidades. Mayoritariamente agrupadas por la técnica clásica y la de patinador:

Técnica clásica: 

La técnica clásica del esquí de fondo es la más tradicional puesto que es la que proviene directamente de las formas primitivas de desplazarse por la nieve. Es la más sencilla de aprender puesto que los gestos básicos proceden del movimiento de andar al que hay que añadir un deslizamiento y una fuerza de brazos a través de los bastones. Las máquinas que preparan las pistas marcan un rastro a la nieve y los esquíes se canalizan en la traza y así no se entrecruzan y se mantiene el equilibrio con más facilidad. Los esquíes utilizados para la práctica del clásico tienen un sistema de retención que puede ser escamas, *microescamas o ceras para evitar retroceder atrás en las subidas.

Estilo Patinador:

Consiste en el impulso divergente de los esquíes que se efectúa desde el borde interior del esquí. La sucesión de impulsos a derecha e izquierda permite el avance del esquiador sin necesidad de ningún sistema de retención. Se practica sobre una pista ancha y con nieve compactada. Se consigue más velocidad que en el clásico pero es más exigente con la forma física.

Una ventaja del estilo patinador sobre el clásico es que no necesita sistema de retención por el que no tenemos que aplicar ceras.

A mano izquierda el estilo clásico, a mano derecha el estilo patinador. Extraído de TotNórdic.

Video de Tot Nórdic que muestra las diferencias entre los dos estilos.

Practicar el esquí nórdico es una buena manera de activarse y mejorar el equilibrio: las articulaciones sufren menos que en el esquí alpino o de montaña, y el riesgo de lesión es mínimo. De hecho, muchos deportistas practican el esquí nórdico para recuperarse de alguna lesión o para entrenar. Es una disciplina al alcance de todo el mundo, ya sea para hacer un paseo o para dedicarse profesionalmente. Mario Ruiz, jefe del comité de esquí de fondo de la Federación Catalana de Deportes de Invierno (FCEH), contaba con que estos paseos de alta montaña activan el 99% de la musculatura de nuestro cuerpo y nos ayudan a mejorar el equilibrio y el movimiento. Además, son muy beneficiosas para el sistema cardiovascular de grandes y pequeños. Se trata de un deporte suave, sin impacto, que a la vez te permite disfrutar de grandes paisajes nevados. Las articulaciones casi no sufren, y el riesgo de lesión es mínimo. De hecho, es un deporte muy recomendado para la recuperación de algunos deportistas. "Esta modalidad deportiva es muy versátil, la puede practicar todo el mundo, ya sea para dar un paseo sin ningún reto deportivo, o para dedicarse profesionalmente", explica Ruiz en una entrevista sobre esquí nórdico.

Se habla poco de esta modalidad del esquí, que es en realidad una de las más antiguas. Surgida de los países nórdicos fue introducido en nuestros Pirineos en los años 60, concretamente a la estación de La Molina. A día de hoy se celebran 60 años desde su introducción. Muchos esquiadores fueron los pioneros en este estilo, entre ellos Jordi Pons. Que en una entrevista recuerda, porque "no tenía un duro" y "no podía pagar el ticket de los *remuntadors del esquí de pista" (entonces no eran forfaites, sino tickets de seis viajes).

Jordi Pons de joven haciendo esquí nórdico. Fotografía extraída del diario AHORA. Esta vieja gloria del esquí solo fue el pionero que empezó en La Molina a hacer escuela. Años después, ¿que ha pasado con el esquí nórdico? Cómo ha evolucionado El esquí nórdico nunca ha sido abandonado por aquellos esquiadores y esquiadoras apasionadas que lo han hecho vibrar durante tantos años desde su implantación. El estado actual a nivel de competiciones para esta temporada son más de 15 competiciones recogidas por la FCEH (Federación Catalana de esporas de Invierno). Son muchas las personas que practican este deporte minoritario pero poca la cobertura de sus actividades.