Parte de este trabajo lo hace el equipo de pisters de Espot Esquí. Una vez que el equipo sube a la cota 2000 se reparten las diferentes zonas de la estación para empezar a montar toda la señalización que indica la dificultad de las pistas, también hacen la revisión de los elementos de seguridad de las pistas como las redes, las balizas o colchones para garantizar la seguridad a los usuarios. Por último, revisan que la nieve esté en condiciones óptimas después de que el equipo de máquinas haya terminado su turno, y revisan que no haya ningún elemento que altere la seguridad de la pista.

Una vez realizadas todas estas tareas, la estación ya puede abrir al público a las 9 de la mañana. Además, también recopilan los datos de la estación meteorológica y miran la temperatura de la nieve y los envían al Institut Cartogràfic de Catalunya, desde donde se extrae el riesgo de aludes local.

Por otro lado y durante todo el día, el mismo equipo sigue realizando tareas de revisión y mantenimiento de las pistas. También en función de la meteorología del día adaptan el estado de apertura de las mismas, siempre pensando en la seguridad de los usuarios. Por este motivo, siempre se recomienda revisar los comunicados de nieve de la estación a diario.

Una de las preguntas que más se repite después de una nevada es si se van a abrir más pistas. El proceso parece rápido y sencillo, pero hay un trabajo muy grande que realizan los diferentes equipos de la estación y deben cumplirse diferentes factores que a simple vista se suelen dar por sentado: debe haber suficiente grosor de nieve, para que las máquinas puedan pisar la nieve en la pista. Cuando las nevadas son abundantes, es necesario tener en cuenta que las máquinas tengan suficiente tiempo para poder trabajar bien todas las pistas. Aparte, tanto en un escenario como en otro, los pisters deben poder revisar y señalizar las pistas antes de poder abrirlas.

En definitiva, este trabajo es indispensable para poder seguir disfrutando de la nieve y de Espot Esquí!