48 horas después de la llevantada histórica en el Pirineo visitamos La Molina
El lunes el Pirineo oriental se levantaba de blanco inmaculado. Una levante de más de un metro de nieve a partir de la cota 1.900, y de casi dos metros en la cota 2.500, se convertía de facto en una levantada "histórica", "alucinante". Así es como la definieron vía redes sociales las estaciones de esquí del dominio Alp2500. Con este panorama era un requisito inevitable visitar La Molina ayer miércoles. El día no podía presentarse mejor: sol, cielo azul intenso, un metro de nieve polvo virgen esperando y viento en calma. Uno de los días en que me siento feliz y privilegiado. Así pues el martes por la noche unos cuantos "enfermos de nieve" nos coordinamos para subir a pistas. Así fue.
A las 9 de la mañana nos plantábamos en la entrada del telesilla Roc Blanc, a la sombra, con su operario,Manolo, aún retirando la nieve de las sillas y bajando los asientos. Unos minutos después ya nos encontrábamos a punto de iniciar bajada por los laterales de nieve virgen de la pista Costa Rasa. Comenzaba la primera bajada de un circuito de pistas para estrenar la nieve polvo precipitada 48 horas antes. El paisaje no podía ser mejor: blanco en el horizonte, miraras donde miraras, el bosque de pino negro rebosante de nieve, cielo azul y aire en calma. Y buena compañía. Me acompañaron a la jornada de esquí los Jordis, Miguel Soto y más tarde se añadirían Oriol Molas, Lucas y David.
La esquiada se convirtió en un sucesivo de bajadas que nos permitían el acceso de los telesillas Cap de Comella y Roc Blanc, ya que el resto ayer continuaban cerrados por el riesgo de aludes. Así que los fuera pista del sector d' Els Coms, Sitjar, Costa Rasa y Moixeres se convirtieron en el escenario perfecto para generar adrenalina blanca.
Ayer, si nos pinchaban no habría salido ni una gota de sangre, sino una nube de nieve polvo, al igual que cuando un esquí derrapa sobre la nieve virgen. Como no podía faltar en una ocasión así, la buena compañía de la esquiada se añadieron las fotografías y los vídeos, y es que una jornada de esquí así requiere dejar constancia. Ya se sabe, era día para equiparse con todo de aparatos tecnológicos para la ocasión: teléfonos, cámaras, las Go-Pro o de otras marcas, todas las apps del mundo de la nieve en marcha y la vista puesta como un radar observando rincones de nieve virgen por estrenar.
Sólo deciros que las horas pasaron deprisa, y que al final del día lo habíamos esquiado todo, a pesar de todo. Desde la Nevera de Cap de Comella al itinerario Vilalta o la pala sur de Cap de Comella. ¡Os puedo asegurar que donde había una posible línea de nieve virgen para trinchar ya nos ocupamos de dejar la tarjeta de presentación!
Las horas pasaron rápido, demasiado. Al terminar la esquiada la sensación de sentirse un privilegiado nos invadía a todos. Para algunos fue un día histórico, para otros un día de éxtasis y para mí un día de escándalo, un día de esos que sabes que cuestan de olvidar. Ayer La Molina estaba impresionante, en La Molina vivimos un día de escándalo.
¡Y esto parece continuar! Para este fin de semana esperamos una perfecta nieve polvo con todo abierto y si todo esto es poco, ¡la Molina adelantará la hora de apertura de taquillas durante el mes de febrero para evitar las colas!
Ivan Sanz Tusell