Estos puentes datan de los tiempos del románico, cuando el arco de medio punto era la forma arquitectónica más habitual en puertas, ventanas de monasterios, iglesias y castillos. El origen más remoto de este estilo se sitúa con los romanos, y se cree que podría haber surgido, en parte, de la evolución de las falsas vueltas. Era el sistema con el que se hacían las barracas de pastor, en que cada nueva hilada de piedra se colocaba algo más hacia el interior; entonces cuando se hacía el cierre final con una gran losa, todo el conjunto ganaba en solidez.
Sant Gil fue una persona enamorada de los animales. En Núria, este Santo convivió con pastores y pudo acercarse a los perros de montaña que guardaban el ganado. Al tener que marchar del valle precipitadamente por una persecución, dicho Santo dejó escondida, dentro de la cueva de la capilla de Sant Gil, la estatua de la Virgen María, una cruz y una campana. Reencontrados unos siglos después estos tesoros, los pastores los llevaron en procesión desde la capilla del santo hasta la iglesia cruzando por este puente el torrente de Finestrelles. Sobre este puente se repite cada año, el día 1 de septiembre, esta procesión que revive la fundación del santuario. Todo el mundo que lo atraviesa inicia la aventura de sentir, participar y revivir los misterios del pasado de Núria.
Cerca de este puente se establecieron los primeros servicios esenciales de Núria. Primero hubo unas maderas instaladas al lado del río, que, conocidas con el nombre de "noc", servían para lavar ropa. También hubo un pequeño molino, después el edificio del primer café, que fecha de los últimos años del siglo XIX y finalmente los servicios del tren cremallera, que permiten, entre otras muchas cosas, que Nuria sea un lugar accesible todo el año, incluso en los meses de crudo invierno. El nombre de Sant Ignasi es un recuerdo en la comunidad de los religiosos jesuitas, que habían sido fundados por san Ignacio de Loiola. Estos religiosos jesuitas habían aprovechado la paz y tranquilidad de Núria para hacer cursos y retiros de formación cristiana, los famosos Ejercicios Espirituales de san Ignacio.
Este puente es el inicio de algunas de las excursiones desde Núria que siguien el curso del torrente de Noufonts hacia las cumbres, donde la vegetación y la orografía cambian y se experimenta de forma excelente el excursionismo y el contacto con la naturaleza. En alta montaña, pero, todo cambia. Los ríos se inclinan y bajan a gran velocidad. Por este motivo acostumbran a denominarse torrentes. El torrente de Mulleres, el de Eina, y así también el resto de torrentes de Nuria, son afluentes del Freser. Esta necesidad de venir a Núria en peregrinación desde Francia, o desde el valle de Camprodon pasando por estos puentes, ya queda reflejada a la Historia de Núria de Francesc Marés en el Siglo XVII.
El torrente de Eina y el valle del mismo nombre, que también da nombre a este puente, evoca el recuerdo de las gran cantidad de personas que, en un sentido o en otro, usaron estos pasos montañosos como punto de encuentro entre personas y culturas. Pero también evoca a los tiempos donde fueron usados como escapatoria hacia la libertad. Merece la pena recordar, aunque no pasó por este puente, la figura del padre Ventura Carrera. Este personaje escapó de una muerte segura y salvó la estatua de la virgen de los ataques y la destrucción de la Guerra Civil iniciada en 1936.