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Cerca de Vallter, dentro del término municipal de Setcases, resisten los escombros del que un día fue el primer refugio de montaña de España. Los restos del refugio de Ulldeter, las piedras que todavía quedan, explican la historia de un sueño: la quimera de los primeros excursionistas catalanes.

 

 

 

LA HISTORIA DE UN SUEÑO:

 

A finales del siglo XIX algunos de los burgueses que viven en ciudades como Barcelona empiezan a notar la ansiedad de pasar todo el día rodeados de máquinas que silban y los humos de fábricas. En plena revolución industrial catalana las ciudades todavía no se habían adaptado a la modernidad y muchas zonas se convertían en irrespirables o insalubres. El Doctor Robert, que más tarde sería alcalde de Barcelona, empieza a recomendar a sus selectos y preocupados pacientes paseos por el Valle de Camprodon para "tener salud". Es así como con el tiempo nace el movimiento del excursionismo hasta llegar a 1890, el año en que se funda oficialmente el Centro Excursionista de Cataluña.

 

Subir montañas y recorrer camino ya no es sólo una forma de "tener salud", se convierte también en un método científico para descubrir el territorio y, desde el lado romántico, resaltar la naturaleza y darla a conocer al resto de la sociedad. Con el paso de los años, el centro gana socios y, observando el ejemplo otras partes del mundo, surge la idea de construir también en España refugios en lugares elevados de la montaña donde los excursionistas puedan descansar durante la noche. De este modo, el 1906, Cèsar Augusto Torras, director del Centro, impulsa la creación de una red de refugios por el Pirineu Català, que tiene que empezar por Ulldeter.

 

 

EMPIEZAN LAS CONSTRUCCIONES:

 

Lo más difícil es conseguir el dinero. En un principio el Ayuntamiento de Setcases quería ceder los terrenos gratuitamente, pero indagaciones del Centro encontraron que los terrenos pertenecían al Estado. Después de muchas peripecias burocráticas en 1907 se pueden empezar las prospecciones.

 

Como los recursos escasean, al principio se utilizan materiales de construcción restantes (madera y piedras) encontrados próximos a la zona. Entre los socios del centro excursionista capitaneados por Torras reúnen unas 9.903,90 pesetas (equivalente en 59,53 Euros actuales) y obtienen ayudas de la Diputación y el ayuntamiento de Barcelona con 2.470 pesetas cada uno. Finalmente llega un golpe de suerte, la Sociedad General de Asfaltos y Cementos Portland de la Pobla de Lillet mujer 200 quintars de cemento por el proyecto. La amistad de Eusebi Güell, propietario de la fábrica, facilitó el proceso y fue el impulso necesario para hacer acabar la obra.

 

Actualmente se pueden visitar las instalaciones de la fábrica Asland y los alrededores a bordo del Tren del Ciment, que transporta al viajero a una auténtica experiencia de principios de siglo.

 

 

APERTURA Y DECLIVE:

 

Después de años de esfuerzos finalmente el julio de 1909 se inaugura el chalé refugio situado en la cabecera del río Ter, a 2.391 metros de altitud. El edificio, que contaba con 21 camas, comedor, chimenea  y cocina con servicio de comer y bebidas, había sido diseñado por el arquitecto Jeroni Martorell i Terrats, formado con los mejores maestros modernistas del momento.

 

Pero ser el primero comporta siempre cometer los errores que nadie ha cometido antes; los materiales que se utilizan por techos y tejado no son suficientemente impermeables y el agua que se filtra entre las paredes, al helarse durante el invierno, amenaza permanentemente con derruir el edificio. Poco a poco, la baja afluencia y fondos para reparar los desperfectos, hacen que el refugio se degrade hasta quedar destruido.

 

Durante la Guerra Civil el ejército golpista, conocedor de la resistencia que ejercían los miembros del Centro contra Franco, dinamitan lo que queda del refugio para evitar que los Maquis puedan establecer un cuartel.

 

 

1940: UN NUEVO REFUGIO

 

Afortunadamente los sueños de los pioneros como Cèsar August Torras no se han quedado en simple imaginación. Actualmente existe en los Pirineo una amplia red de refugios de montaña frecuentados y estimados por todos los excursionistas y tampoco el refugio de Ulldeter ha quedado en el olvido. El año 1940 se construyó más en valle del antiguo un nuevo refugio y todos aquellos que pasen por Vallter pueden disfrutar si lo quieren de sus instalaciones. El edificio cuenta con 57 plazas y ofrecen servicio de bar, actividades e incluso les puedes pedir que te preparen un picnic. En su página web encontraréis información completa: http://www.ulldeter.net

 

Por la mañana, cuando os levantéis dispuestos a andar, quizás podáis pasar un momento por un pequeño montículo de tierra y piedras acompañado de una pequeña placa de hierro que hay un poco más arriba. Allí es precisamente donde una vez se alzó el primero de todos los refugios de montaña.

 

Setiembre 13, 2018
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